Dengue: Una amenaza creciente transmitida por mosquitos

Dengue: Una amenaza creciente transmitida por mosquitos

julio gonzalez

El dengue es una enfermedad viral aguda transmitida por la picadura de mosquitos infectados, especialmente del Aedes aegypti. En las últimas décadas, ha emergido como una de las enfermedades más importantes en términos de salud pública en regiones tropicales y subtropicales del mundo. Cada año, cientos de millones de personas se infectan, y aunque muchos casos son leves, algunos pueden evolucionar a formas graves con riesgo de muerte.


 

¿Qué es el dengue?

 


El dengue es causado por el virus del dengue (DENV), que pertenece a la familia Flaviviridae. Existen cuatro serotipos diferentes del virus: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. Una persona puede infectarse con un serotipo, recuperarse, y quedar inmunizada de por vida contra ese serotipo, pero puede contraer los otros tres en el futuro.


Esta situación es especialmente peligrosa porque una segunda infección por un serotipo diferente puede aumentar el riesgo de desarrollar dengue grave debido a un fenómeno inmunológico conocido como amplificación dependiente de anticuerpos (ADE).


 

Ciclo de transmisión

 


El principal vector del dengue es el mosquito Aedes aegypti, aunque también puede ser transmitido por Aedes albopictus. Estos mosquitos se crían en aguas estancadas y pican principalmente durante las primeras horas de la mañana y al atardecer.


El ciclo de transmisión se da de la siguiente forma:

 

  1. Un mosquito pica a una persona infectada con dengue.

  2. El virus se multiplica dentro del mosquito.

  3. Después de unos días, el mosquito infectado puede transmitir el virus al picar a otra persona.

 


El dengue no se transmite directamente de persona a persona.


 

Síntomas del dengue

 


Los síntomas del dengue suelen aparecer entre 4 a 10 días después de la picadura del mosquito. La enfermedad puede presentarse de forma leve o grave.


 

Dengue clásico (no grave)

 


Los síntomas más comunes incluyen:

 

  • Fiebre alta repentina

  • Dolor de cabeza intenso (especialmente detrás de los ojos)

  • Dolores musculares y articulares severos (por eso se conoce como “fiebre rompehuesos”)

  • Náuseas y vómitos

  • Fatiga extrema

  • Erupciones en la piel

  • Sangrado leve (como encías sangrantes o hematomas fáciles)

 


 

Dengue grave (antes llamado dengue hemorrágico)

 


Aproximadamente el 5% de los casos pueden evolucionar hacia formas más graves que incluyen:

 

  • Fuga de plasma (líquido que sale de los vasos sanguíneos)

  • Acumulación de líquidos en órganos

  • Dificultad respiratoria

  • Hemorragias internas

  • Disminución peligrosa de plaquetas (trombocitopenia)

  • Shock (dengue con shock), que puede llevar a la muerte si no se trata a tiempo

 


 

Diagnóstico

 


El diagnóstico del dengue se realiza a través de la combinación de síntomas clínicos y pruebas de laboratorio. Entre las pruebas más utilizadas están:

 

  • Pruebas de antígeno NS1 (detección temprana del virus)

  • Pruebas serológicas (IgM e IgG)

  • Pruebas PCR para detectar el material genético del virus

 


En zonas endémicas, el diagnóstico puede basarse en la sospecha clínica, especialmente durante los brotes.


 

Tratamiento

 


No existe un tratamiento antiviral específico para el dengue. El tratamiento se centra en el manejo de los síntomas y en evitar complicaciones. Las principales recomendaciones son:

 

  • Reposo en cama

  • Hidratación abundante (líquidos orales o intravenosos en casos graves)

  • Uso de paracetamol para la fiebre y el dolor (evitar aspirina e ibuprofeno por riesgo de sangrado)

  • Monitoreo de signos de alarma: dolor abdominal intenso, vómito persistente, sangrado, dificultad para respirar

 


Los pacientes con signos de dengue grave deben ser hospitalizados inmediatamente.


 

Prevención

 


La prevención del dengue se basa en dos pilares fundamentales: el control del mosquito vector y la vacunación.


 

Control del vector

 

 

  • Eliminar criaderos de mosquitos (recipientes con agua estancada, llantas, floreros, cubetas, etc.)

  • Usar repelentes en zonas de riesgo

  • Instalar mallas y mosquiteros en puertas y ventanas

  • Fumigación en zonas afectadas, especialmente durante brotes

 


 

Vacunación

 


Actualmente existen vacunas aprobadas para prevenir el dengue, pero su uso está sujeto a ciertas condiciones:

 

  • Dengvaxia: autorizada para personas entre 9 y 45 años que ya hayan tenido una infección previa por dengue. No se recomienda en personas que nunca han tenido dengue, ya que podría aumentar el riesgo de formas graves en una infección futura.

  • Nuevas vacunas como Qdenga (TAK-003) están en proceso de aprobación o implementación en algunos países y muestran resultados prometedores en términos de seguridad y eficacia para individuos sin infección previa.

 


 

Situación mundial

 


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue es una de las enfermedades transmitidas por vectores de más rápido crecimiento en el mundo. Se estima que cada año ocurren 390 millones de infecciones, de las cuales alrededor de 96 millones presentan síntomas.


El dengue es endémico en más de 100 países de Asia, América Latina, África y el Pacífico. En América, países como Brasil, Colombia, México y Honduras han reportado aumentos significativos de casos en los últimos años.


Los factores que contribuyen al aumento del dengue incluyen:

 

  • Urbanización desorganizada

  • Cambios climáticos que amplían las zonas donde los mosquitos pueden sobrevivir

  • Movilidad internacional

  • Falta de servicios básicos como el acceso al agua potable y el saneamiento

 


 

Dengue y salud pública

 


El dengue representa un gran desafío para los sistemas de salud debido a la necesidad de vigilancia constante, respuesta rápida durante los brotes, y campañas de educación ciudadana.


Los costos económicos son elevados, tanto por el tratamiento de los pacientes como por las medidas de prevención. La enfermedad también tiene un alto impacto social, ya que afecta la productividad laboral y escolar, y puede causar temor en la población durante epidemias.


 

Conclusión

 


El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede ser leve, pero también potencialmente mortal. Su propagación está en aumento a nivel mundial, especialmente en zonas urbanas tropicales.


Aunque no tiene cura, la combinación de prevención vectorial, educación comunitaria y vacunación selectiva puede reducir significativamente su impacto. Las autoridades de salud, los gobiernos y la ciudadanía tienen un papel crucial en el control de esta enfermedad, que seguirá siendo un desafío si no se adoptan medidas integradas y sostenidas en el tiempo.

 

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