Cintura abdominal y riesgo cardiovascular

Cintura abdominal y riesgo cardiovascular

Julio Gonzalez

La cadena de droguerías Uno A, comprometida con todos sus clientes, siente la necesidad de promocionar estilos de vida saludable, con el fin de evitar y corregir alteraciones relacionadas con la salud. Por eso nos basamos en los múltiples estudios científicos que la ciencia de la salud continuamente está realizando. La actividad física, una correcta respiración y una alimentación balanceada, son consideradas hoy por hoy, como acciones  eficaces para prevenir y tratar dichas alteraciones.

La circunferencia de la cintura es un pronóstico bastante usado por los médicos, y a la vez sencillo de realizar—cualquier persona lo puede hacer— que nos indica si estamos propensos a padecer una determinada enfermedad, o la estamos padeciendo.

Con sus datos de sexo y circunferencia de cintura (se mide con un metro) puede saber si tiene un mayor riesgo para su salud. Se considera obesidad abdominal si usted:
 

  • Es mujer y tiene una medida de circunferencia de cintura  mayor a 80 cm
    • Es hombre y tiene una medida de circunferencia de cintura mayor a 90 cm.

 

Valores mayores a 80 en mujeres y 90 en hombres significa que existe un exceso de grasa abdominal, y esto es grave, porque le expone a un riesgo mayor de padecer afecciones relacionadas principalmente con la obesidad, diabetes tipo 2, colesterol sanguíneo elevado, niveles altos de triglicéridos, presión arterial elevada y arteriopatía coronaria.

 

Alimentos y nutrientes

 

La energía que el ser humano requiere para realizar sus actividades diarias las obtiene de, los alimentos que ingiere y del  oxígeno que respira.

 

De la alimentación obtenemos los nutrientes, los cuales son de tres clases: Los carbohidratos, las proteínas y las grasas procedentes de la alimentación, constituyen el 100% del aporte energético de todas las personas. Si el consumo de estos nutrientes es mayor a las necesidades del cuerpo, habrá un exceso de calorías y el organismo, que es eficiente y no desperdicia nada, las guardará como reserva energética (Klever, U. (2004). 

 

 

Hidratos de carbono o carbohidratos;

 

Son la principal fuente de energía, ya que, es el nutriente que aporta la energía para el consumo inmediato. Cada gramo de hidratos de carbono, suministra 4 k calorías, su exceso es almacenado en forma de glucógeno por el hepatocito (célula del hígado), pero cuando este exceso “llena” todos sus receptores, el sobrante se almacena en forma de triglicéridos en el adipocito (célula que forma el tejido graso).

 

 

Proteínas;

 

Son indispensables para el crecimiento, regeneración de tejidos y  la formación de estructuras anatómicas. Cada gramo de proteínas aporta 4 k calorías. Por lo general, el exceso de proteínas se almacena en el colon y se elimina rápidamente por la orina.

 

Grasas;

 

Cada gramo de grasa suministra 9 k calorías. Las grasas se utilizan para sintetizar hormonas, otras sustancias y como energía. Es el nutriente que aporta más k calorías por gramo, pero a la vez, es el que ocupa más espacio. Por eso se dice que los gorditos flotan en el agua. La grasa que el cuerpo no utiliza es almacenada principalmente en el abdomen, tejido subcutáneo y músculo.

 

Si hay un alto consumo de azúcar, dulces, mecatos y carbohidratos (panadería), el cuerpo los utilizará como energía rápida para realizar las tareas diarias, pero la grasa almacenada para reserva y la que se está consumiendo, se irá acumulando más y más, hasta crecer y crecer la circunferencia abdominal, pues, el organismo no la necesita ya que la energía producida por la comida alta en azúcar y carbohidratos será suficiente y más, para realizar las tareas diarias.

 

Cómo y por qué se produce la grasa abdominal y la obesidad?

 

 

Como vemos, el cuerpo acumula los excesos de grasa en el abdomen (grasa visceral) y bajo la piel (grasa subcutánea), para luego usarla cuando necesite esta energía. Es decir, que los gorditos tienen más reserva de energía que los flacos y podrían sobrevivir más días sin alimento que los más delgados. En caso pues, de que haya una privación de alimentos como los sucedidos en cuarentena.

 

Si esta reserva energética no es utilizada, podrá depositarse fácilmente en los vasos sanguíneos, provocando daño en sus paredes; término conocido como ateroma o ateroesclerosis. Además, «la expansión del tejido adiposo blanco obeso estimula pronto el desarrollo de inflamación a través de una mayor actividad de los macrófagos situados en la célula adiposa y de otras fuentes, con liberación excesiva a la sangre de múltiples citocinas pro-inflamatorias» (Ríos y otros, 2016).

 

Es decir, que el obeso se mantiene en continua inflamación, y es por esta razón que los pacientes obesos al tener un exceso de tejido adiposo, puedan exponerse a niveles más altos de moléculas inflamatorias circulantes en comparación con los sujetos delgados, cuando son atacados por el virus sars-cov-2 (Petrova at al, 2020). .

 

Ácidos grasos trans o grasas trans

 

 

Esto por un lado, por otro lado, numerosos estudios lo confirman, las personas que consumen frecuentemente alimentos ricos en ácidos grasos trans o grasas trans, elaborados con aceites industrializados y que se producen cuando los fabricantes de alimentos convierten aceites líquidos en grasas sólidas, esto, para mejorar su sabor, menor gastos y alargar la vida del producto, entre otros, son los que producen aumento de la circunferencia abdominal, daño cardiovascular, ciertos tipos de cáncer incluido el de mama, entre otros trastornos (Parlikar, 2012).

Estos productos elaborados con este tipo de grasa trans se encuentran en muchos alimentos fritos, "rápidos", empacados o procesados, por ejemplo:

Caramelos, panadería, galletas, helados, margarina, palomitas de microondas, salsas, pastelería industrial, bollería industrial, productos precocinados (empanadillas, pastas, pizzas, croquetas).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “recomiendan la eliminación de los ácidos grasos trans producidos industrialmente. La ingesta de grasas trans (AGT) es responsable de más de 500 000 muertes prematuras anuales por cardiopatía coronaria”. 

Insulina y grasa

 

Un dato muy interesante es que las grasas solo se forman por la combinación de la glucosa (azúcar) en sangre y la insulina que produce el páncreas. Si no hay insulina no hay grasa. Si no hay insulina no podemos engordar. Los diabéticos tipo 1 no tienen insulina y si no se aplican la insulina mueren de desnutrición en varios meses.

Mientras más azúcar y carbohidratos se consuman, habrá más insulina. Mientras más insulina más grasa, más inflamación, más taquicardia, diabetes tipo 2, obesidad, colesterol, triglicéridos, se favorece la agregación plaquetaria y la vasoconstricción, se aumenta la secreción ácida del estómago, aumento de la depresión, y más infartos... (Ratti, E. (2003).

Bajemos la insulina y tendremos más salud y más larga vida ¿Cómo?

Menos azúcar, menos bollería, cero gaseosas, menos productos elaborados con harina de trigo. Realizar actividad física y ejercicio físico dirigido. Más ensalada, frutas y verduras, carne, huevo y queso.

Esto es, cambiar el estilo de vida: Si eres sedentario, realizar alguna actividad física. Si tienes una circunferencia por encima de los límites establecidos, debes mejorar la alimentación de acuerdo a los concejos médicos o nutricionales, ya que, alimentarnos mejor es ganar salud.

Droguerías Uno A hace lo mejor por ti. Tu corazón será el más agradecido. 

Escrito por: Héctor Isaza montoya

Regente de farmacia

Bibliografía

 

Bibliografía:

  1. Ministerio de salud de Colombia: evalué su peso
  2. Klever, U. (2004). Tabla de calorías y grasas. Editorial Hispano Europea.
  3. Parlikar, U. (2012). Grasas Trans: Llegó la Grasa Dañina.
  4. Petrova, D., Salamanca-Fernández, E., Barranco, M. R., Pérez, P. N., Moleón, J. J. J., & Sánchez, M. J. (2020). La obesidad como factor de riesgo en personas con COVID-19: posibles mecanismos e implicaciones. Atención Primaria52(7), 496-500.
  5. Ratti, E. (2003). Dismetabolismo, insulina y enfermedad cardiovascular. Natura Medicatrix: Revista médica para el estudio y difusión de las medicinas alternativas21(4), 206-209.
  6. Ríos, M. S., Angosto, M. C., & Larrad, M. T. M. (2016, October). La epidemia de obesidad. El vínculo fisiopatológico: disfunción endocrina del adipocito, inflamación y resistencia a la insulina. In Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia (Vol. 82).
  7. Imágenes: Freepik 1, 2

 

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