SOL Y VITAMINA D ¿LA DEFENSA CONTRA EL CORONAVIRUS?

SOL Y VITAMINA D ¿LA DEFENSA CONTRA EL CORONAVIRUS?

Julio Gonzalez

Ante esta devastadora pandemia, coronavirus, que cada vez se complica más, y  para la cual no existen tratamientos efectivos, proponemos (basados en los suficientes estudios observacionales y la amplia literatura médica) explorar el potencial efecto protector de dosis diarias de vitamina D, que logren optimizar  rápidamente los niveles sanguíneos, con la intención de activar el sistema inmunológico, para que disminuya la infección y todas las complicaciones derivadas por el ataque del feroz virus (Stooker, 2019).

Esta propuesta está basada partiendo de las siguientes premisas y que fueron divulgadas en su tiempo, por Edgar Hope-Simpson (Gray, 2003) que dice “el estado del tiempo (el sol y el clima) y la supuesta evidencia de que el 70% de la población mundial está deficiente de vitamina D, podrían ser factores implicados en las diferentes epidemias” (Calatayud at al., 2009; Cannell, 2008; palacios, 2014; Rodríguez at al., 2019).

Y que, de estas premisas surgen los siguientes interrogantes: ¿Por qué las epidemias y las pandemias son tan explosivas? ¿Por qué alguna epidemias son estacionales? (Losada at al., 2009), ¿Dónde se oculta el virus entre epidemias? ¿El clima en que comenzó la epidemia en Wuhan? ¿Cómo afecta la deficiencia de vitamina D el brote viral? ¿La correlación epidemia, clima, vitamina D? (Navarro at al., 2014; Ardila at al., 2019).

Numerosos estudios muestran que esta vitamina está implicada en el mantenimiento de la inmunidad natural, en la prevención de infecciones, enfermedades autoinmunes, varios tipos de cáncer, enfermedades por coronavirus (Grant, 2020), asma, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes mellitus tipos 1 y 2, tuberculosis y enfermedades psiquiátricas (López at al., 2010; Herrera at al., 2019; Ramos at al., 2019; Ardila, 2019).

En la revista colombiana de “Endocrinología, Diabetes y Metabolismo”, se publicó un artículo en el 2019, donde manifiestan que la  Vitamina D es “la reina de las vitaminas”, pero que, “su deficiencia es un problema de salud pública a nivel internacional” y que, “según estadísticas de los Estados Unidos, las concentraciones bajas de  25-hidroxivitamina D tienen un  rango de 27% a 91%; lo mismo ocurre, de forma paradójica, en los países  tropicales  como  Colombia”.

 

QUÉ ES LA VITAMINA D

La vitamina D es más que una vitamina liposoluble y constituye un grupo de moléculas liposolubles que son micronutrientes importantes para la salud. En el sentido estricto, más que una vitamina, es una prohormona, cuya configuración molecular es similar a los esteroides clásicos, ya que posee los mismos anillos del ciclopentanoperhidrofenantreno.

Se ha propuesto entonces, que la vitamina D al ser un secoesteroide puede disminuir la respuesta inmunológica e inflamatoria de forma similar a los esteroides (Arnson, at al, 2007).

Tanto la vitamina D2 como la vitamina D3 pueden obtenerse de los alimentos aunque en cantidades relativamente pequeñas (pescado azul, los huevos, queso y leche, y los demás productos alimentarios enriquecidos.

Pero la mayor parte de la vitamina D3 se sintetiza en la piel tras la exposición a la radiación UVB procedente del sol (OMS).

Deficiencia de vitamina D

La deficiencia de vitamina D se considera una epidemia mundial. Se estima que en solo la osteoporosis, mil millones de personas en todo el mundo padecen esta afección (Navarro at al., 2016). Y que, según la OMS “si se administran suplementos de vitamina D reduce la incidencia y las consecuencias adversas de estas afecciones y de otras como las infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, disminuyendo así la mortalidad por todas las causas” (OMS).

 

 

¿Vitamina D estacionaria?

Todo parece indicar que los niveles de o 25-hidroxivitamina D en suero (25-OHD), fluctúan por el clima, estacionalmente (Aloia, 2007; Mendoza, 2016; Grant at al., 2020), y que, su deficiencia; como consecuencia de los pobres o nulos rayos del sol, u otros factores (estado de salud, baja exposición, bloqueadores solares, dieta, invierno, cuarentena…), favorecen la entrada del virus al organismo y el consecuente deterioro, llevando al paciente a las salas de UCI.

 Vitamina D, inmunidad innata y virus

Se sabe que esta vitamina actúa sobre la inmunidad innata (Cannell, 2008). Esta inmunidad innata, es la que responde rápidamente frente a microorganismos y agentes a través de efectores genéticamente codificados y que actúan mucho antes de que el organismo se haya encontrado con ese antígeno; es decir,

Biológicamente, produce inducción de catelicidina y defensinas. Que son sustancias que actúan produciendo daño en la membrana lipoproteica del agente viral, reduciendo de esta manera su replicación viral y, por otro lado, reducen la producción de tormentas de citocinas proinflamatorias, que son las que provocan la neumonía (Acosta at al., 2009).

 

HIPÓTESIS

Hipotetizamos entonces, que como la proporción de la población con deficiencia de vitamina D puede variar en cualquier momento y dentro de una estación y en cualquier latitud, si elevamos las concentraciones séricas de 25 (OH) D a través de la suplementación con vitamina D, podría reducir la incidencia, la gravedad y el riesgo de muerte por diferentes virus que amenazan el ser humano: Influenza, dengue, VIH, y la epidemia actual de COVID-19 (Ardila, 2019; Grant at al., 2020; Martínez at al., 2019, Gysin at al., 2016; Jolliffe at al., 2013).

Esta es la manera natural, y creo que la única, de cómo los rayos del sol y la vitamina D usados adecuadamente, nos podrían ayudar a aumentar nuestra defensa innata, para así mitigar la alta propagación de este virus, que pone en jaque a todos los sistemas de salud e intenta desestabilizar a todo un planeta.

Y que, a la vez, este virus nos enseña, que así como hay bacterias y otros virus que atacan fácilmente a las personas deficientes de vitamina D y les produce tuberculosis o sida, ¿por qué no podrían ellos aprovecharse también de tal situación de deficiencia y fácilmente ingresar más libremente al organismo, multiplicarse y producir los desastrosos síntomas, hasta acabar con la vida de las personas?

Para finalizar, informamos a nuestros clientes y visitantes de este sitio web, que este artículo es meramente informativo. Por tanto, recomendamos que, para no entrar en auto prescripción o automedicación, visitar al médico antes de comenzar a tomar este medicamento.

 

Escrito por: Héctor Isaza montoya

Regente de farmacia.

     CADENA DE DROGUERIAS UNO A

 

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  28. Imagen: freepik

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